Se trata de una técnica relacionada con el equilibrio postural, diseñada sobre todo para aquellas personas que presentan ciertos problemas en la espalda, los hombros el cuello o las extremidades. No tiene nada que ver con las sesiones de pilates que se practican en los gimnasios y otros centros. La finalidad de esta disciplina es hallar el equilibrio perfecto entre la mente y el cuerpo. Esto se consigue con la conciencia que adopta nuestro cuerpo mediante la actividad y el movimiento.
Esta técnica está indicada para favorecer la postura, la musculatura, el equilibrio, etc.
Su realización es muy sencilla. Se preparan toda una serie de ejercicios que están elaborados para proporcionar calma tanto a nivel físico como a nivel mental. Estas actividades sirven para mejorar el equilibrio, la musculatura corporal y la postura, lo cual se consigue a través de un alargamiento dinámico de ciertos músculos.
Esta práctica es adecuada para todo tipo de personas, independientemente del sexo y de la edad. Además, esta técnica está especialmente indicada para quienes necesitan someterse a un proceso de rehabilitación. El pilates terapéutico tiene unos efectos muy positivos en las personas que suelen sufrir dolores como consecuencia de posturas inadecuadas. También se utiliza para mejorar la resistencia de los músculos lumbares, los paravertebrales, los glúteos y los abdominales.
Lo más recomendable es comenzar con unas pocas sesiones individuales. Pasado un tiempo, la persona interesada en practicar pilates terapéutico podrá incorporarse a un grupo pequeño de personas durante 2 o 3 días a la semana.